Me fui de paseo

Hace poco me eché una escapada a Madrid con mi esposo, utilizando una oferta en boletos aéreos que conseguimos por Internet y me gustaría compartir con ustedes las experiencias vividas en este viaje relámpago.

Mi intención es que, si tienen oportunidad, aprovechen de disfrutar conociendo nuevos países y nuevas ciudades porque el mundo es demasiado hermoso para verlo desde un sillón, mirando la televisión o sólo a través de un libro o por Internet.

Como no era la primera vez que íbamos a Madrid y, haciendo uso de algunas promociones que nos llegaron con la compra de los tickets aéreos, nos pareció interesante visitar otras ciudades cercanas a la capital española, que no habíamos visto y que siempre nos habían llamado la atención.

Por eso, desde casa, hicimos los arreglos correspondientes para conocer Aranjuez, Salamanca, Ávila y Córdoba. Ciudades que a nosotros siempre nos atrajeron, más por su historia que por su mero atractivo turístico.

Quiero hacer la acotación que nuestro viaje apenas duraría una semana y, aunque nunca acostumbramos ser tan estrictos en la planificación porque parte de lo agradable de un viaje es ir descubriendo cosas en el camino, pero dado que era una oferta de boletos, eran fechas e itinerarios cerrados.

Como quiera que la idea es narrarles nuestras vivencias y no ser demasiado detallista en los aspectos históricos (para eso es muy buena Wikipedia) les comentaré solo los datos que no podríamos dejar pasar, para ponerlos en contexto. Les contaré la experiencia en el mismo orden de ciudades que visitamos.

 Aranjuez, mucho más que un concierto

Mezquita a lo lejos

Siendo la más cercana de las que íbamos a visitar, decidimos hacerlo utilizando el tren de alta velocidad. Saliendo de la estación de Atocha, son apenas 40 minutos sin paradas, por lo cual es un trayecto rápido y se puede ir disfrutando del paisaje, cómodamente.

Salimos temprano para aprovechar el día y poder conocer lo más que pudiéramos de la ciudad, además que teníamos planeado encontrarnos con unos amigos allí.

Hay que destacar que Aranjuez es uno de los Reales Sitios de la Corona Española, luego que Felipe II lo determinara así en 1.560 y posee también el título de Villa, desde el año 1899, por lo que también se le conoce como Real Sitio y Villa de Aranjuez.

Lo primero que decidimos conocer, obviamente, por su importancia histórica, fue el Palacio Real, escasamente a 15 minutos de la estación del tren, caminando. Un paseo agradable, entre árboles y viviendas, que refrescan la caminata en esta época de comienzo de verano.

El Palacio se distingue a lo lejos por su imponente estructura, muy apropiado para tomar espectaculares fotografías y observarlo en su justa dimensión. Al aproximarse, lo primero que se ve es la Plaza Elíptica y, más cerca, la Plaza de Armas.

Palacio Real de Aranjuez

El palacio de Aranjuez y sus hermosos jardines y edificaciones anexas, fueron construidos en la etapa de los primeros Borbones y fue sitio de vacaciones de primavera de los reyes. Las cabalgatas y la caza formaban parte de las actividades desarrolladas en la Villa por la realeza.

Dada su dimensión y a fin de aprovechar el tiempo, tomamos una visita guiada al Palacio, lo cual les recomiendo porque te dan a conocer los aspectos más importantes del mismo y, además, te muestran áreas muy interesantes no abiertas al público.

Lamentablemente no se pueden hacer fotos dentro, así que no puedo mostrarles lo llamativas y artísticas que son algunas de sus salas y espacios interiores, entre los cuales, los que más me llamaron la atención por su hermosura y detalles son la escalera estilo rococó y el salón de porcelana, con sus paredes y pisos totalmente recubiertos de ese material en relieve, en estilos rococó y chino.

Otro de los salones interesantes es el Gabinete Árabe, inspirado en la sala de las Dos Hermanas, de la Alhambra de Granada. La habitación, pequeña en tamaño, pero abundante en decoración, fue utilizada como sala de fumar.

Realmente, la estructura no sólo es imponente por fuera, sino plena de elementos artísticos que lo hacen un monumento impresionante, razón por la cual, el Palacio Real, las edificaciones históricas y jardines de Aranjuez fueron declarados Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en el año 2001.

La Villa de Aranjuez obtuvo, además, mayor reconocimiento internacional a través de la hermosa y muy famosa pieza musical Concierto de Aranjuez, considerada la obra musical española más escuchada a nivel mundial que, de sólo oírla, te llenas de ganas de conocerla.

Concluida la visita al Palacio, aprovechamos para recorrer otra parte de la ciudad, la cual percibimos muy hospitalaria y de gente amable y cordial. No logramos alcanzar a conocerla en su totalidad, así que tendremos que regresar en otra oportunidad.

Dos por una  

Las siguientes ciudades que trazamos en nuestro itinerario fueron Ávila y Salamanca, para lo cual utilizamos un servicio de turismo que hace paseos desde Madrid en autobuses, muy cómodos, por cierto.

El recorrido abarca casi todo el día, partiendo a las 7am y retornando alrededor de las 6pm, con guías expertos, que hacen el viaje, no sólo placentero, sino un gran aporte de conocimientos, ya que explican muy detalladamente la historia de ambas ciudades.

Salamanca, cuna de la cultura europea

Plaza del Corrillo

La segunda localidad que visitamos en este periplo español fue Salamanca, suficientemente conocida a nivel mundial por su pasado histórico y cultural, los cuales la hicieron obtener el título de Capital Europea de la Cultura en el año 2002, designado por el Consejo y el Parlamento Europeo.

Es la capital de la provincia de Salamanca, ubicada en la comunidad autónoma de Castilla y León, en la parte noroeste de la península ibérica.

Unida a la historia universal por nombres tan conocidos como Antonio de Nebrija, Cristóbal Colón, Fray Luis de León, Miguel de Unamuno e, inclusive, el mismísimo Cervantes; quienes de diversas formas estuvieron relacionados con su memoria.

Es una ciudad, por demás, interesantísima, ya que posee la universidad más antigua de España, la Universidad de Salamanca, creada en 1218 por Alfonso IX de León, la cual fue la primera que recibió el título de “Universidad” en toda Europa y aún se mantiene abierta.

Además, posee varios títulos, pero creo que los que mejor la definen son “Muy culta”, “Docta” y “Sabia”, asignados por la Junta de Castilla y León en 1985, 1997 y 2007, respectivamente.

Por otra parte, su patrimonio arquitectónico es invaluable, tanto es así que, en 1988, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura le otorgaron el título de Patrimonio de la Humanidad.

Recorrer la ciudad antigua de Salamanca caminando es muy agradable y, aunque en esta época el calor del verano ya comienza a sentirse, con buena hidratación y paradas para refrescarse, se hace ameno el paseo.

Según mi punto de vista, destacan como monumentos históricos, sus catedrales (nueva y vieja); la Plaza Mayor, muy parecida a la de Madrid, aunque más pequeña; el antiguo edificio de la Universidad, donde funcionaban las Escuelas Mayores y la Casa de las Conchas; entre tantas otras edificaciones que se conservan muy bien hasta la fecha.

Es el núcleo urbano de la comunidad autónoma de Castilla y León que recibe el mayor número de visitantes anualmente y, es tal su actividad turística, que desde el año 2003, su Semana Santa está declarada de Interés Turístico Internacional.

La Casa de las Conchas

Y un dato sumamente curioso, es que la Universidad es la principal fuente de ingresos de la ciudad, especialmente durante el verano, ya que concurren gran cantidad de estudiantes procedentes de diversos países que buscan aprender español, utilizando la modalidad de «turismo idiomático».

Por sus calles se observa un gran movimiento de jóvenes que hacen vida universitaria en esta hermosa ciudad, lo cual (a pesar de su arquitectura antigua), le da un ambiente alegre y jovial.

Pero lo más fascinante son los aires de conocimiento y cultura que se respiran en cada rincón de Salamanca, con razón fue declarada Capital Europea de la Cultura. Vale la pena tomarse, aunque sea un día, para conocerla.

Ávila, ciudad de Santos y Piedras

Muralla de Ávila

Esta encantadora y acogedora ciudad forma parte de la lista de los Patrimonios de la Humanidad de la Unesco y es que, con tan sólo ver su inmensa muralla, podemos entender por qué la eligieron como tal.

Es la capital de la provincia de Ávila, en la comunidad autónoma de Castilla y León y la más alta de España, a 1.131 metros sobre el nivel del mar, con un clima que denominan mediterráneo continentalizado, que significa templado con las particularidades de los climas mediterráneo típico y continental.

Cuna de personajes importantes, entre la que destaca Teresa de Cepeda y Ahumada, mejor conocida como Santa Teresita de Jesús, es una de las ciudades amuralladas de la edad media que aún se conserva en excelente estado. Algunos hablan incluso de que es la muralla mejor conservada del mundo.

Esta fortificación estilo romano, declarada Monumento Nacional en 1884, representa el sello distintivo de Ávila y fue construida entre los siglos XI y XIV, para resguardarse del frío y de posibles invasiones, posterior a la dominación musulmana que también sufrieron muchas ciudades españolas.

Dicen los historiadores que su catedral es la más antigua del periodo gótico español y perfectamente se puede observar su cabecera adosada a la muralla.

Su casco histórico, dentro del perímetro de la fortaleza, también se conserva casi intacto y representa un gran atractivo histórico y cultural. Se puede recorrer perfectamente en un día y hasta se puede subir a la parte alta del muro para tomar unas buenas fotos.

Les recomiendo visitar esta hermosa ciudad, también conocida como la Ciudad de Santos y Piedras.

Córdoba, herencia de variadas culturas

Mezquita -Catedral de Córdoba

Esta espectacular ciudad andaluza, a orillas del Guadalquivir, donde lo moderno y lo antiguo se dan la mano, fue la última ciudad conocida en nuestro reciente trayecto español.

Así como el viaje hacia Aranjuez, escogimos el tren de alta velocidad para llegar a Córdoba, el cual tarda una hora y cincuenta minutos desde la estación de Atocha, en un agradable recorrido, donde disfrutamos del paisaje por la ventana del tren.

Es la última ciudad de la Comunidad de Madrid por el sur, en el interior de la Comunidad autónoma de Andalucía y declarada, también, Patrimonio de la Humanidad en 1994, por el pasado de diferentes culturas que se instalaron en ella, en diversas épocas.

Es interesante observar aún sus construcciones con elementos arquitectónicos de cuando Córdoba fue la capital de la Hispania Ulterior, en tiempos del Imperio Romano o del Califato de Córdoba, durante el periodo musulmán.

Destaca, entre todas esas construcciones, su Mezquita-Catedral (declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984), la cual representa de forma increíble la importancia que tuvo la ciudad en la edad media. Es una mezcla de culturas romana, griega, visigoda y árabe, que impresionan cuando entras a esa inmensa edificación llena de columnas.

Previamente habíamos contratado un servicio de guías turísticas que hacen el recorrido a pie, punto importante para asegurar el ingreso a la Mezquita, las cuales nos dieron todos los detalles históricos tanto de esta hermosa estructura, como de los sitios más importantes de la ciudad, enclavada alrededor de este monumento, símbolo de Córdoba; visita obligada en su estadía en la ciudad.

Patio de Flores

Quizás lo más representativo, además de la Mezquita-Catedral, son los hermosos patios llenos de flores que tienen su máximo esplendor en mayo, los cuales les llevaron a crear la Fiesta de los Patios Cordobeses, designada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Caminar por su casco antiguo, conocer la gran cantidad de edificios que forman parte de su cultura e historia, meterse a husmear en sus múltiples tiendas de artesanías (la orfebrería es clase aparte), sentarse en alguno de sus bares a refrescarse o entrar al alguno de los restaurantes a probar la comida propia de la región; hacen fascinante el paseo.

Lo único que lamento es no haber planificado, al menos, dos días en Córdoba, para conocerla en su justa dimensión, ya que en ella se conjugan el pasado y el presente en perfecta armonía. Así que también quedará pendiente para un próximo viaje.

Concluida nuestra travesía, sólo me gustaría decirles que no desperdicien dinero en acumular bienes materiales porque no hay mayor riqueza que conocer nuevos pueblos y diferentes culturas. 

5 pensamientos en “Me fui de paseo

  1. Reina, me encanta la manera de describir tus viajes y paseos, y me recuerdan la estadía que junto con mi esposo José Ramón disfrutamos viviendo en Bilbao y visitando durante dos años, diferentes ciudades de ese gran país que es España. Te recomiendo visitar también el norte de España que no es tan conocido como el sur y tiene muchas sorpresas para los visitantes, empezando por la Cuadra de Bolívar
    qué es el pueblo de origen de la familia de Simon Bolivar, nuestro Libertador. Cariños Yolanda

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